El próximo domingo día 9 de febrero, celebramos el día de nuestra patrona, Santa Apolonia.
Santa Apolonia, fue una mártir que murió en Alejandría en el siglo III d.C., antes de la persecución de Decio, durante el levantamiento contra los cristianos. Bajo el mandato del emperador Filipo El Árabe, la premisa era perseguir, represaliar y torturar a los cristianos, y así se hacía en Alejandría, la parte oriental del imperio.
Se cuenta que en año 249 d.C. los soldados capturaron a Apolonia, una mujer de avanzada edad y virgen, a la que torturaron buscando que se arrepintiera de su fe cristiana, pronunciase blasfemias contra Jesucristo y adorase a los dioses paganos. Ella se negó, y en uno de los múltiples golpes que padeció con un martillo, perdió parte de sus dientes, siendo los restantes arrancados a modo de tortura.
Fue perseverante en su fe y se le amenazó con la hoguera, pero parece ser que ella no se amilanó en ningún momento. Cuentan que pidió que le soltaran las manos y fue ella misma la que se echó a las llamas para no renunciar a su religión. Se dice que mientras estaba bajo el fuego, dijo a los presentes que cuando sufrieran dolencias dentales, invocaran su nombre. También se dice que no se quemó en la hoguera, protegida por Dios, y que finalmente optaron por degollarla.
Cincuenta años después de su muerte fue canonizada por su entrega y abnegación cristiana y se convirtió en Santa Apolonia. Años más tarde su figura cae en el olvido y es en el siglo XIV cuando vuelve a emerger en la liturgia católica, de tal manera que en la edad Media era habitual decir que cuando se tuviera un dolor de muelas, había que rezar a Santa Apolonia y el dolor desaparecía.
Sus atributos son la palma y la tenaza con dientes, y es debido a todas las torturas que sufrió en sus dientes es la patrona de los dentistas. ¡Feliz Santa Apolonia!
