Una de las preguntas más frecuentes entre los pacientes que visitan nuestra clínica dental en Zaragoza es si pueden comer justo después de haberse realizado un empaste. Pero antes de responder a esta cuestión, es importante saber en qué consiste este procedimiento y por qué se lleva a cabo.
Los empastes dentales pertenecen a la rama de la odontología preventiva y conservadora. La caries dental es una lesión infecciosa que destruye el esmalte dental, en primer lugar, y que, si no es atajada a tiempo, puede llegar a provocar daños en el propio nervio del diente.
¿Qué es un empaste?
La obturación dental, comúnmente conocida como empaste, es una intervención sencilla que nos permite eliminar la caries dental y restituir el tejido dental dañado. Para ello, se limpia la cavidad provocada por la caries. A continuación, se rellena la misma mediante adhesión por capas de una resina que se endurece mediante la aplicación de luz halógena. De esta forma, vamos moldeando el material de relleno hasta que el diente recupera su forma original, y, finalmente, pulimos el empaste.
En casos en los que las caries son más profundas, puede verse afectada la pulpa dental, siendo necesario un tratamiento de endodoncia.
¿Puedo comer y beber después de un empaste?
Al tratarse de una intervención simple, los cuidados tras la colocación de un empaste son mínimos, por lo que el paciente podrá reincorporarse a su rutina habitual tras salir de la clínica dental.
Si el empaste se ha realizado sin necesidad de anestesia local, se puede comer y beber con total normalidad.
En los días posteriores a la colocación del empaste, es importante estar pendiente de que éste no choque antes que los demás dientes, impidiendo una correcta oclusión, y de que no se presente sensibilidad dental. De ser así, se debe informar al dentista.
En el caso de que el procedimiento se realice bajo anestesia local, se tardará unas horas en recuperar la sensibilidad en la zona tratada, por lo que no es recomendable beber o comer justo después de la intervención, hasta que se despierte la zona . El principal motivo es que, a causa de la insensibilización provocada por la anestesia, es posible que se caiga la comida o la bebida, o incluso se muerda sin querer la lengua o la mejilla, provocándose heridas. Una vez pasado el efecto de la anestesia, se puede volver a comer y beber con normalidad.
En nuestra clínica dental también restauramos muelas desgastadas y con empastes antiguos filtrados. En este caso, la solución fue preparar incrustaciones overlay de cerámica.
En este caso, nos enfrentábamos a otra muela rota con un empaste antiguo, que arreglamos con una incrustación overlay de resina.
A pesar de que no sea necesario tener especial cuidado con la comida después de un empaste dental, al menos una vez pasados los efectos de la anestesia, es útil conocer qué alimentos facilitan la aparición de caries, para así, evitar su consumo habitual y mantener una buena higiene bucal.
- Productos procesados con alta tasa de carbohidratos y almidón: pan blanco blando, galletas saladas refinadas (comúnmente llamadas crackers) o bollería industrial. En definitiva, masas no azucaradas que pueden dar una falsa sensación de tener poco potencial cariogénico por no ser dulces.
- Dulces, gominolas y alimentos azucarados: galletas, pasteles, bollería endulzada, golosinas y algunos alimentos específicos como la fruta en almíbar, mieles, turrón o cereales azucarados.
- Zumos de fruta industriales: hay que tener especial cuidado con los zumos de fruta procesados, y otras bebidas como los batidos de cacao e instantáneos, sobres de té frío en polvo o bebidas con más de dos cucharadas de azúcar.
- Alcohol y alimentos ácidos: si consumes habitualmente alimentos ácidos o alcohol, el esmalte de tus dientes se debilitará y provocará una mayor vulnerabilidad del diente frente a la caries.
¿Cuánto dura un empaste dental?
Tras la colocación del empaste dental, es normal preguntarse cuánto durará este tratamiento dental. La duración de empaste dental dependerá de varios factores, entre ellos el material del que está fabricado:
- Composite o resina compuesta: este es el tipo de empaste dental más habitual, ya que se adhiere al diente y sella muy bien las zonas de unión, a la vez que tiene color “de diente” y queda estéticamente integrado en la boca sin notarse. Su duración suele ser de más de 10 años, sin embargo, dependerá del tamaño de la lesión, de los cuidados que se sigan, y de las fuerzas a las que se vea sometido
- Porcelana: a veces realizamos incrustaciones, que son “empastes a medida”, que se fabrican fuera de la boca y luego se cementan sobre el diente. Estas restauraciones se hacen cuando la destrucción inicial del diente es extensa, o cuando creemos que hace falta protegerlo. También suelen durar más de 10 años, dependiendo de el estado inicial del diente, y de los cuidados por parte del paciente.
- Amalgama: los empastes dentales de amalgama ya no se emplean, de hecho, van a estar prohibidos en España desde el 1 de enero de 2025, pero también pueden durar muchos años en boca. Son metálicos, por lo que estéticamente no son iguales que los anteriores,
- Oro: este material está actualmente en desuso
El resto de factores que afectan a la longevidad de los empastes dentales tienen también importancia, a la vez que el tipo de material, ya que implican su cuidado en el día a día:
- Higiene oral diaria: para mantener los empastes dentales en un correcto estado, es fundamental cepillarse los dientes adecuadamente mínimos dos veces al día, utilizar hilo dental y visitar al dentista regularmente. Además, es necesario realizarse al menos una limpieza profesional al año en el dentista para eliminar el exceso de placa que no somos capaces de retirar por nuestra cuenta.
- Hábitos alimenticios saludables: se puede comer todo tipo de alimentos, sin embargo, es imprescindible que la dieta incluya frutas, verduras y alimentos que garanticen la consumición de calcio, fibra, fósforo y vitamina D. La ingesta de estos nutrientes es beneficiosa para la salud dental en general y evita el daño al material del empaste.
- Malos hábitos para la salud dental: malas costumbres adquiridas en la infancia como morder objetos duros, hielo o uñas, reduce el riesgo de fracturas.
- Bruxismo (rechinar los dientes): si tienes el hábito de apretar los dientes, es muy probable que el empaste dental se desgaste rápidamente. También se puede partir y despegar con más facilidad, debido a la sobrecarga mecánica
- Ubicación del empaste: a pesar de no ser un factor determinante, se debe tener en cuenta que los empastes situados en las piezas molares suelen sufrir más cargas, y pueden despegarse, romperse y/o desgastarse más rápido por la presión al masticar.
Si estás interesado en este tratamiento dental o crees que puedes necesitarlo, ponte en contacto con nuestra clínica dental en Zaragoza para que podamos estudiar tu caso. ¡Estaremos encantados de ayudarte!